El expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales se sienta desde este lunes en el banquillo, acusado de agresión sexual y coacciones por el beso que dio a la jugadora Jenni Hermoso tras la victoria del Mundial en SÃdney (Australia) el 20 de agosto de 2023 y que ella asegura que no consintió.
La Audiencia Nacional arranca este lunes el juicio en el que Rubiales se enfrentará a una petición de dos años y medio de cárcel y compartirá banquillo con tres personas de su confianza en la Federación: el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la femenina Jorge Vilda y el antiguo responsable de Marketing de la RFEF Rubén Rivera.
La actuación de Luis Rubiales por el beso que Jenni asegura no haber consentido y por sus maneras en el palco, donde llegó a tocarse los genitales a modo de celebración por la victoria, desencadenó una ola de indignación impulsada por el movimiento #SeAcabó y, a los dÃas, su salida de la RFEF tras cinco años al frente.
Ahora los hechos llegan a juicio ante el Juzgado Central de lo Penal. Estas son las claves:
El beso y las presiones para que Hermoso lo justificara
Tras denunciar Jenni Hermoso que no consintió aquel beso de Rubiales, la FiscalÃa llevó los hechos a la Audiencia Nacional y, después de casi ocho meses de investigación y muchos interrogatorios, el juez concluyó que habÃa «sólidos indicios» para afirmar que, efectivamente, aquel beso «no fue consentido y fue una iniciativa unilateral y sorpresiva» del expresidente federativo.
Los hechos sucedieron el 20 de agosto, en el Estadio de Nueva Gales del Sur (Australia). Tras la victoria de la selección femenina del Mundial, cuando Jenni Hermoso recibÃa el saludo protocolario y la felicitación del entonces presidente de la Federación, éste la besó en los labios sin su consentimiento, subraya la FiscalÃa en su escrito de conclusiones.
El juicio tratará de dirimir si Rubiales incurrió con ello en un delito de agresión sexual y otro de coacciones, en este caso por las presiones a las que él y los otros acusados habrÃan sometido a la jugadora para que «justificara y aprobara» el beso que le dio «contra su voluntad».
La FiscalÃa relata en su escrito la «situación de hostigamiento» a la que se sometió a la jugadora, con unas presiones que llegaron a su familia y de las que también responsabiliza a los otros acusados, «personas de confianza» de Rubiales, cuya «privilegiada situación en la RFEF» dependÃa de la «suerte» que éste corriera.
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